De entre los tipos de contaminación, la lumínica podría ser a la que menos atención se le presta pese a ser capaz de generar graves consecuencias tanto en la salud de una persona como en el medio ambiente. La contaminación lumínica, causada por la excesiva presencia de las luces de la ciudad, ha alterado los ritmos circadianos así como los patrones de alimentación de la gente, empezado a extinguir la población de las luciérnagas y por tanto a afectar el medio ambiente. Sin mencionar la dificultad para ver, al natural, el cosmos a la luz de la noche.

Sin darnos cuenta las luces de nuestros gadgets electrónicos, las luces de las calles así como aquellas que dejamos prendidas al interior del hogar sin utilizarlas realmente, han interferido con la vida migratoria y el desarrollo de numerosos animales, implicado gastos energéticos y por tanto ocasionado emisiones de gases invernadero, afectado en el metabolismo y sueño humano y empobrecido la calidad de manejo en calles y carreteras.

Para enfrentar la contaminación lumínica, te compartimos cinco maneras de reducirlo desde el hogar:

– Empieza apagando las luces si no las estás utilizando. Una manera efectiva para reducir la contaminación lumínica es apagando y desconectando energía que no se ocupan. Sólo ocupa la luz en caso de ser necesario o usa una lámpara portable.

– Considera remplazar las luces del exterior con focos más ecoamigables. Esto ayudará a reducir el consumo de electricidad, traducido eventualmente en gases de efecto invernadero y contaminación. Conoce aquí qué tipo de focos puedes usar.

– En caso de ser posible, coloca iluminación con sensores de movimiento. Este tipo de switches ayudan a iluminar espacios que lo necesitan y a reducir significativamente el consumo de luz –y energía–.

– Remplaza los focos tradicionales con LEDs o CFL. Estas son alternativas verdes y económicas, por lo que ayuda a reducir la contaminación lumínica.

– Reduce el uso de gadgets electrónicos, como televisión, tabletas o teléfonos inteligentes. Es recomendable dejar de ver las pantallas de este tipo de gadgets al menos dos horas antes de dormir; y en caso que te despiertes a mitad de la noche, procura evitar revisar redes sociales.

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