El Foro Económico Mundial destinará 15 sesiones de su asamblea anual del 2017 al cambio climático y nueve más a energías limpias, un récord histórico para estos temas.Esto refleja cuánto está en juego. Para los dirigentes de empresas del mundo, no es solo una cuestión de hacer relucir sus credenciales ambientales, sino un asunto de miles de millones de dólares –quizás billones– en potenciales ganancias o pérdidas.

Las aseguradoras están comenzando a incluir más frecuentemente las sequías e inundaciones; los gigantes de la energía están amoldando sus negocios a un mundo que se aleja del petróleo y el carbón; las automotrices están haciendo inversiones en vehículos eléctricos; y los bancos quieren prestar dinero a proyectos de energías renovables.

«Lo bueno es que el acuerdo de París subió la vara para todos», dijo Ben van Beurden, titular de Royal Dutch Shell Plc, el mayor grupo petrolero de Europa. «Todos sienten la obligación de actuar».

Lograr las ambiciones planteadas en París podría requerir US$13,5 billones en gasto hasta 2030, según datos de la Agencia Internacional de Energía o AIE, que muestran la escala de la oportunidad que se abre para las empresas. Solamente el año pasado, la inversión en energías limpias ascendió a US$287.500 millones, según datos compilados por Bloomberg New Energy Finance.

«La escala y alcance de los flujos de inversiones en energías renovables muestran que ya no son marginales», dijo David Turk, titular de cambio climático de AIE en París y ex funcionario de clima en Estados Unidos.

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