Cien kilómetros de ruta es la propuesta de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para descubrir uno de los últimos ríos vivos de España, el Bullaque, que recorre una buena parte del oeste de la provincia de Ciudad Real y es un claro ejemplo de río mediterráneo estacional.
El proyecto de restauración medioambiental y fomento del uso público del río Bullaque, impulsado por la CHG en los últimos años, ha permitido diseñar y señalizar una ruta que recorre cada lugar de interés de este espacio protegido incluido dentro de la Red Natura 2000.

La señalización de los itinerarios ofrece al viajero una información adecuada y puntual sobre las diferentes posibilidades que tiene para poder realizar a su conveniencia las distintas etapas de este trayecto, que han quedado recogidas en una guía verde editada por la CHG, con textos de Antonio J. Castelló y fotografías de Juanvi Capella y Fernando Ramia, en la que los autores ofrecen sus propias sugerencias.

Nueve etapas, con dificultades baja o media, que pueden ser realizadas por cualquier persona que se encuentre en buena condición física y cuente con una mínima preparación, conforman la propuesta de la CHG para descubrir la esencia mediterránea que aún mantiene el río Bullaque.

El viajero, en su recorrido por las etapas propuestas, puede observar excelentes muestras de bosques de fresnos, alamedas y saucedas que se conservan entorno a las riberas del río, en cuya superficie encuentran aún cobijo grandes praderas de nenúfares que tapizan enormes zonas de agua remansada.

La guía editada por la CHG destaca el “enorme interés botánico” que, por su carácter endémico, tienen las comunidades de tamujo (Flueggea tinctoria), únicas de los ríos Guadiana, Guadalquivir, Tajo y Duero.

También hace mención a las comunidades faunísticas vertebradas que suponen un atractivo más para los amantes de la naturaleza, como son las exclusivas especies de peces que viven en este río, como es el caso de la pardilla (Iberochondrostoma lemmingii) o el calandino (Squalius alburnoides).

La supervivencia de estos peces, que se ve amenazada por la presencia de especies exóticas como el pez sol (Lepomis gibosus) o el black-bass (Micropterus salmoides), sigue despertando, desde el punto de vista biológico, un gran interés entre los especialistas.

A lo largo de los recorridos que la CHG ha dejado perfectamente señalizados, el viajero podrá observar un gran número de ejemplares de tortugas de agua, entre los que se encuentran el galápago leproso y europeo (Mauremys leprosa y Emys orbicularis).

Pero, entre las especies más singulares y sobresalientes destaca la nutria (Lutra lutra), que fue capaz de mantener en este río una pequeña población cuando en España había desaparecido casi en su totalidad.