Cada 17 de junio celebramos el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía con el fin de concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos. Esta fecha nos brinda una oportunidad única para recordar que se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles.
La degradación de la tierra y la migración
La celebración de este año analiza la relación entre la degradación de la tierra y la migración. Entre otras, la degradación medioambiental, la inseguridad alimentaria y la pobreza son causas de la migración y de las dificultades para el desarrollo.
En tan solo 15 años, de 2000 a 2015, el número de migrantes en el mundo ha aumentado de 173 a 244 millones.
El objetivo es fortalecer la resiliencia de las comunidades frente a las múltiples dificultades del desarrollo mediante la gestión sostenible de la tierra. Este día nos debe recordar a todos la importancia del suelo en la producción de alimentos y generación de empleo, así como su contribución a la sostenibilidad, estabilidad y seguridad de las zonas afectadas por la desertificación.
La capital de Burkina Faso, Uagadugú, alberga este año la celebración mundial del Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía.
La desertificación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible Documento PDF afirma que «estamos decididos a proteger el planeta contra la degradación, incluso mediante el consumo y la producción sostenibles, la gestión sostenible de sus recursos naturales y medidas urgentes para hacer frente al cambio climático, de manera que pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras». Específicamente, el Objetivo 15 recoge nuestra determinación a detener y revertir la degradación de la tierra.