Cada año, 1,7 millones de niños mueren porque viven en ambientes insalubres. Más de un cuarto de las muertes de niños menores de cinco años son resultado de la contaminación del aire, el humo de tabaco, el agua no apta para el consumo, la falta de saneamiento, una higiene inadecuada u otros riesgos ambientales.
«Los derechos de los niños a la vida, la salud y la integridad física están siendo abusados por la exposición constante a una variedad de sustancias tóxicas», explicó el Relator Especial de ONU sobre Derechos Humanos y Productos Tóxicos, Baskut Tuncak. «Los Estados tienen el deber de prevenir la exposición infantil a los tóxicos y la contaminación», añadió.
«Los tóxicos y la contaminación son una amenaza insidiosa para los derechos humanos, y los niños de las comunidades de bajos ingresos, indígenas y marginados soportan una carga desproporcionada de los impactos», indicó Tuncak. «Para defender a los más indefensos necesitamos no solo legislación, regulación y aplicación efectivas a nivel nacional, sino una cooperación internacional que de resultados».
Tuncak hizo estas declaraciones en la Universidad de Ginebra, donde ofreció una conferencia sobre tóxicos y derechos humanos junto a la Directora de la División de Leyes de ONU Medio Ambiente, Elizabeth Mrema.
El informe más reciente de Tuncak cuestiona la adecuación de las medidas estatales para proteger a los niños de los tóxicos y cita abundante evidencia de que el problema no se limita al mundo en vías de desarrollo.
En la comunidad de Flint, Michigan, en los Estados Unidos, donde casi 30 % de la población vive por debajo de la línea de pobreza, hasta 12.000 niños fueron expuestos a altos niveles de plomo en el agua potable. Y en la República de Corea, 90 personas murieron después de haber estado expuestas a un producto de consumo no probado, infra-regulado, usado en humidificadores. Los muertos fueron predominantemente bebés y mujeres embarazadas.
«Los efectos en la salud relacionados con la exposición infantil a los tóxicos -incluyendo el plomo- a menudo no se manifiestan durante años y pueden incluir cáncer, trastornos del desarrollo, problemas de aprendizaje y enfermedades respiratorias», dijo Mrema.
«Es por eso que estamos trabajando con la Alianza Mundial para Eliminar el Uso del Plomo en la Pintura, para proporcionar orientación a los legisladores en el diseño de leyes que prohíban este metal en las pinturas. Y a través de nuestro apoyo en las convenciones de Basilea, Rotterdam, Estocolmo y Minamata, ONU Medio Ambiente está promoviendo una mejor regulación de las sustancias peligrosas que tienen un impacto especialmente grave en la salud de los niños. Pero aún queda mucho por hacer”.
ONU Medio Ambiente está trabajando en un importante informe sobre la contaminación que se lanzará en diciembre próximo, en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. El informe describirá cómo los gobiernos pueden abordar la contaminación en todas sus formas, incluyendo las respuestas legales requeridas para mitigar la amenaza de la exposición humana a sustancias peligrosas.
unep.org