El cambio climático está contribuyendo a una creciente crisis hídrica que está poniendo en peligro las vidas de millones de niños

Para 2040 se prevé que casi 600 millones de niños vivirán en zonas con recursos hídricos en extremo limitados. Esto equivale a 1 de cada 4 niños a nivel mundial.

Un factor que incidirá de manera importante en el estrés por escasez de agua será el incremento de la demanda de agua en todo el mundo, como resultado, en gran medida, de la industrialización, el crecimiento de la población, los cambios demográficos, la producción de alimentos y el mayor consumo. Tomar duchas largas, lavar automóviles, regar jardines y consumir más carne –todo esto tiene un costo.

En muchas de las regiones que, según se prevé, resultarán más duramente golpeadas, ya estamos presenciando una crisis del agua. Entre 2011 y 2015, la disponibilidad de agua únicamente en Oriente Medio se redujo un 67%.

  • Un niño nada en una zona inundada de Kiribati

    En 2014, Peia, de 16 años, nada en la zona inundada de la aldea de Aberao, Kiribati. Este es uno de los países afectados por el aumento en el nivel del mar. Muchas aldeas se inundan durante las mareas altas, volviéndose prácticamente inhabitables.

El incremento de las sequías y las inundaciones amenaza la calidad y la cantidad del agua

En el transcurso de los últimos 50 años, la temperatura mundial promedio experimentó el aumento más rápido de la historia. En los 134 años que la NASA ha llevado registros, los 16 años más calurosos, excepto uno, se han vivido desde 2000. El año más caluroso de que se tenga constancia fue 2016.

Con respecto al abastecimiento mundial de agua, apenas una pequeñísima cantidad (2,5%) es agua dulce, es decir, la que se requiere para sostener la vida de los seres humanos, los animales y las plantas.

El nivel del mar está aumentando con más rapidez que antes. Esto lleva a que el agua salada infiltre el suministro hídrico, haciendo que el agua no sea apta para el consumo.

Las temperaturas más altas también producen sequías, inundaciones y un incremento de las enfermedades relacionadas con el agua.

Sequías mortales

Sin agua, los niños simplemente no pueden sobrevivir. En tiempos de sequía, los niños no solo corren peligro de morir de sed; también disponen de menos alimento y deben recorrer mayores distancias para recoger agua. Esto se traduce en menos tiempo para asistir a la escuela, estudiar y jugar.

Con frecuencia, las niñas son las encargadas de salir a recoger agua y las que primero quedan excluidas de la enseñanza. En lugar de asistir a la escuela, las niñas pueden pasar horas recogiendo agua, lo que a menudo las expone a ser víctimas de ataques. Si tienen la suerte de llegar finalmente a la escuela, el cansancio muchas veces les impide aprender.

En todo el mundo, las mujeres y las niñas dedican alrededor de 200 millones de horas diariamente a recoger agua. A sus 13 años, Aysha, que vive en la región de Afar, Etiopía, tiene que caminar ocho horas de ida y vuelta con el propósito de recoger agua para ella y su familia.

informe completo en www.unicef.org