Por Lourdes Uquillas. – Hay que adaptarse a «las existencias de agua que hay», pero deberíamos subir el precio de este recurso natural para concienciar a la población de su cuidado, ha afirmado el profesor de la Universidad de Arizona (EE.UU.), W. Michael Hanemann, en el Foro del Agua en Madrid.

Hanemann ha participado junto a otros expertos en este evento organizado por las Universidades de Alcalá y de Granada y patrocinado por la editorial McGraw Hill.

Considerar el agua como bien costoso

En Estados Unidos, uno de los países con más huella hídrica -donde se utilizan 2.483 metros cúbicos frente a los 1.240 metros cúbicos promedio, según datos de Naciones Unidas-, “el reto político es conseguir que la gente considere el agua un bien costoso aunque no lo sea” para lograr un uso sostenible y ante la escasez de lluvia.

En California (oeste de EE.UU.) “teníamos suficiente agua” porque en los años 50-60 se hicieron ampliaciones de las infraestructuras, pero “ahora es imposible ampliarlas debido a la oposición política para traer agua de otras fuentes lejanas y por el alto costo que ello supondría”.

“Hay que adaptarse a las existencias actuales”, ha asegurado Hanemann, y ha afirmado que hay que concienciar a la gente sobre el “problema de la sequía, y también sobre el precio que hay que pagar para dotar de infraestructuras”.

Aguas subterráneas

Según la Unesco, en el mundo unas 2.500 millones de personas dependen exclusivamente del agua subterránea para sus necesidades básicas diarias, por lo que Hanemann asegura que su control “es un problema en todas partes del mundo”, pero los usuarios se resisten a su normativa, y “hay poca legislación”.

En EE.UU. hay poca normativa sobre este tema, pero en California con la sequía de 2015 se aprobó una ley con un llamamiento a la gestión sostenible de los recursos hídricos subterráneos hasta 2045.

Otro problema tanto en España como en EE.UU., “es el agua de origen sin contaminar”.

La normativa se centra más en los puntos de abastecimiento, pero la problemática es el resto de fuentes o puntos, “ahí es difícil detectarla”.

Cambio climático

Para ralentizar el cambio climático “hay que reducir el consumo de combustibles fósiles” ya que hay que caminar hacia una “transformación energética de la economía, sobre todo en países desarrollados como Estados Unidos”, donde el cambio debería hacerse “mucho más rápido”.

“No vamos a lograr alcanzar las metas del Acuerdo de París porque son objetivos muy ambiciosos, aún cuando todos lo cumpliéramos y eso no se va a dar”, ha dicho el también profesor de Economía en Arizona.

En esa apuesta por el cambio de energía, “en California las renovables están creando muchos más puestos de trabajo que la energía tradicional de combustibles fósiles”.

Este estado fue el primero en controlar las emisiones en 1949 y sirvió como ejemplo para la elaboración de la legislación en el resto del país en 1967, demostrando con ello que es posible reducir emisiones sin afectar la economía, ha aseverado el experto.

Según Hanemann, hay dos formas de controlar las emisiones: por el precio y la normativa.

La primera es encarecer las emisiones, y la segunda adaptar las leyes para lograr la eficiencia energética de los electrodomésticos o de los vehículos.

California fue el primer estado en regular el mercado de los electrodomésticos al lograr la eficiencia de los mismos en 1975, ha asegurado Hanemann, y ha señalado que además introdujo normas para los vehículos.

Actualmente “no se entienden bien los efectos dañinos del cambio climático” y la mayoría de estudios científicos se centran en la temperatura, pero en los próximos 50 años el 80 o 90 % de esos eventos climatológicos “serán extremos” y estarán “vinculados con la sequía” que no permitirá garantizar ni el agua ni la seguridad alimentaria. Efeverde