El Papa Francisco advirtió hoy que las prioridades reales a las que se enfrenta la humanidad, incluida la lucha contra la pobreza, la promoción de la paz, la realización de proyectos educativos, ecológicos y de salud, y el desarrollo de los derechos humanos, quedan relegadas a un segundo lugar como resultado de los gastos en los que incurren las naciones en la escalada de la carrera armamentística.

«Las armas de destrucción masiva, particularmente las armas nucleares, no crean nada más que una falsa sensación de seguridad. No pueden constituir la base para la coexistencia pacífica entre los miembros de la familia humana, que debe inspirarse en una ética de solidaridad», dijo el pontífice a los participantes del Simposio internacional Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares y para el desarme integral.

Los participantes en el evento global sobre desarme atómico incluyen 11 premios Nobel de la Paz, algunos de los cuales forman parte de la Alianza de la FAO con Premios Nobel de la Paz, un nuevo grupo que aborda el doble problema del hambre y la violencia en el trabajo continuo para promover el desarrollo sostenible y la resiliencia el mundo. Incluye a los premios Nobel Oscar Arias Sánchez, Tawakkol Karman, Betty Williams y Muhammad Yunus.

La paz es imposible sin seguridad alimentaria, y no habrá seguridad alimentaria sin paz

«Librar al mundo del hambre es esencial si queremos construir una paz duradera», dijo el Director de Comunicación de la FAO, Enrique Yeves, en su introducción a la sesión «Perspectivas para el Desarme Integral».

Tras haber disminuido constantemente durante más de una década, el hambre mundial está aumentando de nuevo, afectando a 815 millones de personas en 2016, o el 11 por ciento de la población mundial. Al mismo tiempo, múltiples formas de desnutrición amenazan la salud de millones de personas en todo el mundo.

El aumento – 38 millones de personas más que el año anterior – se debe en gran parte a la proliferación de conflictos violentos y del impacto relacionado con el clima, según la FAO.

Las zonas rurales y sus poblaciones continúan siendo las más afectadas por los conflictos, ya que los ataques a las comunidades agrícolas socavan los medios de vida rurales y desplazan a las personas de sus hogares

«Así como el conflicto lleva al hambre, el hambre también puede llevar al conflicto», dijo Yeves, y señaló que la paz es un requisito previo para lograr la seguridad alimentaria y poner fin a este «círculo vicioso».

 

Explicó que hoy en día se ha obligado a más personas a huir de sus hogares que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial, ya que el conflicto está forzando a las personas a abandonar sus hogares y sus medios de subsistencia. «A nivel mundial, ahora hay alrededor de 64 millones de personas desplazadas forzosamente por el conflicto y la persecución», dijo.

El Director de Comunicación de la FAO también advirtió que el conflicto ha conducido al noreste de Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen al borde de la hambruna y ha provocado una aguda inseguridad alimentaria también en Burundi, Iraq y otros lugares.

Señaló que 489 millones de los 815 millones de personas que viven en situación de inseguridad alimentaria y malnutrición viven en países afectados por conflictos.

La agricultura es parte de la solución

Dado que más del 75 por ciento de los pobres y de personas que pasan hambre del mundo dependen de la agricultura y de medios de vida basados en los recursos naturales, en situaciones de conflicto la agricultura y la seguridad alimentaria pueden ser el instrumento para revitalizar los hogares y las comunidades afectados, unir a las personas e impulsar la recuperación.

«La combinación correcta de ayuda humanitaria y desarrollo rural puede sentar las bases para la reconstrucción de los medios de vida», añadió.

En la mesa redonda han participado 3 Premios Nobel de la Paz: Jody Williams, Presidenta de la Iniciativa de Mujeres Nobeles; Beatrice Fihn, Directora Ejecutiva de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares; y el Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, además de Marie-Noëlle Koyara, Ministra de Defensa de República Centroafricana.