Por Caty Arévalo.- La cumbre del clima de Bonn (COP23) encara a partir de mañana la semana final de unas negociaciones llamadas a implementar las reglas del Acuerdo de París, y cuyo debate protagoniza el único país que, tras la adhesión de Siria esta semana, ha quedado fuera del mismo: Estados Unidos

El gesto de Damasco, que se sumó al pacto climático el pasado martes ha supuesto todo un golpe de efecto en la cumbre del clima, en tanto que deja a Estados Unidos “aislado” en la transición acordada por cerca de 200 países hacia una economía baja en carbono, dijo a Efe la diplomática colombiana Paula Caballero, portavoz de cambio climático del World Resources Institute (WRI).

Debido a las reglas impulsadas por el propio ex presidente Obama, Estados Unidos no podrá salir del Acuerdo de París hasta 2020 por lo que su delegación de 48 funcionarios comandados por Thomas Shannon sigue formando parte de las negociaciones, algo que enfurece a gran parte de la comunidad internacional.

En esa línea, la Alianza Africana por la Justicia Climática (PACJA, por sus siglas en inglés), que engloba a más de mil ONG de este continente, ha pedido a la convención de cambio climático de la ONU que los delegados de Estados Unidos sean expulsados de las reuniones en las que se negocian las reglas de un acuerdo del que no quieren formar parte.

No despierten a la fiera

Fuentes de la negociación consultadas por Efe han reconocido que los delegados estadounidenses han hecho “poco ruido” en las reuniones de esta primera semana, algo que los activistas piden a los periodistas no mencionar “por temor” a que este mensaje pueda “despertar a la fiera que lleva dentro Trump o a sus acólitos del sector de los combustibles fósiles“.

Mientras la pequeña oficina de la delegación oficial estadounidense permanece cerrada a cal y canto y con un cartel que reza “Sólo funcionarios”, las banderas americanas ondean en un enorme pabellónabierto al público bajo el lema que da nombre a una coalición creada por estados, ciudades, universidades, ONG y empresas sólo cinco días después de que Trump abandonara el Acuerdo de París: “We Are Still In” (Seguimos Dentro).

El mensaje que aparece en los móviles de los usuarios que se registran para acceder a su wifi gratuito dice: “La acción climática no se ha apagado en Estados Unidos”, como tratan de demostrar los más de 2.500 signatarios de la coalición, que representan a más de 130 millones de estadounidenses y la mitad de su Producto Interior Bruto, sostiene la portavoz de WWF, Mariana Panuncio.

El liderazgo estadounidense en la sombra

Estados Unidos no ha enviado a ningún alto cargo a la COP23, pero su liderazgo climático “en la sombra”, excluyendo al ex vicepresidente Al Gore que va por libre, lo ejercen el ex alcalde de Nueva York y enviado especial de cambio climático la ONU, Michael Bloomberg, y el Gobernador de California Jerry Brown, quien esta misma semana firmó un acuerdo de cooperación en cambio climático con la UE.

Fuentes consultadas por Efe confirman que Bloomberg ha sufragado el millón de dólares que ha costado el pabellón alternativo de Estados Unidos, desde el que ha presentado la iniciativa “America’s Pledge” (El Compromiso de América), para cuantificar las aportaciones de los agentes no estatales al objetivo prometido en París de reducir emisiones entre un 26 y un 28 % para 2025 respeto a 2005.

El ex alcalde de Nueva York también ha solicitado formalmente a la convención que la coalición tenga una silla en las negociaciones.

Al tramo final de la COP23 asistirán también el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel o el secretario de Naciones Unidas, António Guterres, además de más de cien ministros, entre ellos la titular de Medio Ambiente española, Isabel García Tejerina.