• Egipto regresa a la Copa Mundial de la FIFA luego de 28 años de ausencia
  • Sus anteriores presencias fueron Italia 1934 e Italia 1990.
  • Cúper ganó el premio de la CAF al mejor entrenador de África de 2017

Héctor Cúper es un hombre feliz. Se le nota en sus palabras, en sus gestos y en la energía con la que comparte sus opiniones. ¿Y cómo no serlo cuando hizo historia al llevar a Egipto a su primera Copa Mundial de la FIFA en 28 años?

Pero hay algo más. El veterano técnico argentino, que ha dirigido a equipos de la talla del Inter y Valencia –con quien fue dos veces subcampeón de la Liga de Campeones de la UEFA-,  parece haberse redescubierto a sí mismo al frente de los Faraones, hasta el punto de confesar: “me he sentido entrenador de fútbol otra vez”.

¿Cuáles han sido las claves de su éxito en África del Norte? El técnico nos detalla los 5 argumentos que lo catapultaron a Rusia 2018 y con los que confía hacer un gran papel en el torneo.

Primero humildad, luego el resto
“Tengo la enorme satisfacción de haber encontrado un gran grupo de jugadores, con mucha humildad. Hoy es difícil encontrar algo así en el fútbol, donde son todos estrellas y famosos. Aquí también son estrellas, pero con una idiosincrasia y unas costumbres que me hicieron sentir bien. ¡Me he sentido entrenador de fútbol!

Muchas veces, cuando uno intenta convencer, no es fácil, porque hay cierta idiosincrasia en el futbolista, ciertas jerarquías. Y, sin embargo, aquí han imperado la humildad y la disciplina. Eso es lo que nos ha dado el éxito. Esa convivencia donde todos hemos ido por el mismo camino”.

Seriedad defensiva, la máxima prioridad
“Lo primero que notamos cuando llegamos, era que al equipo le faltaba una solvencia defensiva. Él fútbol de hoy dice que hay que jugar bien, y con eso se refieren a tener el balón, y tocar y tocar y tocar y tocar. Y sí, pero en el fútbol también hay que defender bien. Y eso fue lo que dio el carácter a la selección.

Yo sabía que nosotros íbamos a marcar al menos uno, y a veces más. Se necesitaba intentar no recibir. Y salió bien. A lo mejor si salía mal venían las críticas, “un equipo demasiado defensivo, y esto y lo otro”. ¿La realidad cuál era? 28 años que no vas a un Mundial. A lo mejor no es un futbol brillante, pero somos un equipo humilde, trabajador, disciplinado, que da importancia a pequeños detalles que definen los partidos de fútbol».

Una figura que se siente uno más
«La influencia más notoria de Mohamed Salah es que fue uno más. ¿Qué quiere decir eso? Mucho. Es decir, metió casi todos los goles, trabajó y corrió como el resto. Estuvo siempre identificado con el grupo. No tuvo privilegio alguno. Parece algo simple, pero es muy importante.

Es un jugador con enorme talento, pero humilde. La gente decía ‘la selección es Salah y diez más’ y yo siempre contesté ‘quizá sea cierto, porque es quien te puede definir los partidos, pero además porque no se siente más que los demás’, y eso lo entendieron todos muy bien, él y sus compañeros. No hubo ningún problema de ego».

Un entrenador sin pedestal
“Lo mejor que experimenté en Egipto es que me ha hecho más humilde. Los técnicos tenemos una cierta soberbia, como diciendo ‘esto es así, llevo años haciéndolo’. En cambio, yo me sentí uno más, tuve que explicar y convencer, no ordenar. Sin gritar, sin alzar la voz.

Tuve que bajar un poquito del pedestal, dejar de decir ‘yo hice esto, yo dirigí a estos’. Asumirme como un simple entrenador de fútbol que tiene que lograr un objetivo y tiene que ser el que más aporte y el que más comprenda para que la cosa vaya bien».

Una comunión con la afición
«La gente está feliz, al punto que se deja llevar por el entusiasmo. Hoy están convencidos que pasaremos la primera fase. El otro día estaba en un supermercado y alguien me dice ‘podemos ganar el Mundial’… Y bueno, no hay ninguna regla que lo prohíba, lo vamos a intentar. No puedo decir ‘no, imposible’, pero bueno, fácil no será. Hay que saber quienes somos y transmitirlo a la gente.

Vamos a enfrentar a equipos muy poderosos, y estoy seguro de que haremos un buen papel. Tenemos un gran grupo y estamos trabajando en minimizar nuestros defectos. En el Mundial un pequeño error te cuesta un partido. Vamos a intentar que el error sea menos que pequeño. Y así la gente va a seguir feliz con nosotros, porque tenemos una comunión increíble y no queremos romperla”.

fifa.com