Un estudio internacional llevado a cabo en la Amazonía brasileña señala que los incendios provocados por las sequías extremas en la selva del Amazonas están entorpeciendo los avances logrados para reducir las emisiones de carbono en esa parte del planeta.
La investigación, publicada este martes en la revista Nature, desarrollada por científicos en Brasil, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos, constató la existencia de un cambio significativo en el origen de las emisiones de carbono en la Amazonía brasileña entre 2003 y 2015.
Sequías extremas e incendios en la Amazonía
Los autores descubrieron que las emisiones de ese gas de efecto invernadero están cada vez más dominadas por los incendios forestales durante las sequías extremas, frente a las vinculadas a los fuegos relacionados directamente con el proceso de deforestación.
En este sentido, sostienen que una situación de sequías extremas recurrentes durante el presente siglo podría socavar los avances conseguidos en la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación en esta región.
Para este estudio, liderado por expertos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, se analizaron datos de satélites y registros de gases de efecto invernadero para evaluar el impacto que han tenido las sequías en la incidencia de incendios entre 2003 y 2015.
“Hemos demostrado que, a pesar de que ha habido una caída del 76 % en las tasas de desforestación durante los últimos 13 años, la incidencia de incendios aumentó un 36 % durante la sequía de 2015 respecto a los 12 años previos”, explican en el texto de Nature.
Deforestación de bosques antiguos
Durante la sequía de 2015, agregan, se registró “la mayor proporción de incendios activos respecto a la deforestación”, una situación que afectó a un “área de 799.293” kilómetros cuadrados.
Asimismo, estimaron que, en años de sequías, las emisiones provocadas exclusivamente por incendios forestales son más de la mitad que las causadas por la deforestación de bosques antiguos.
Registros de emisiones de carbono
Los investigadores recuerdan que “los registros de emisiones de carbono” que sirven como base para el diseño de políticas medioambientales deben de tener en cuenta “la significativa” cantidad de emisiones que provocan los incendios “no vinculados al proceso de deforestación”. EFEverde