Hace un año, en el podio de Hong Kong, Fabián Puerta (selección Colombia Manzana Postobón) lucía un tanto cabizbajo, quizá porque la posibilidad de ganar aquella final se esfumó en un parpadeo bien aprovechado por el malayo Azizulhasni, quien salió raudo y dejó sin aliento a sus contendores con un sprint violento que le dio hasta para levantar su bicicleta una vez cruzó la meta.
En la tarde de Apeldoorn, como si fuese un presagio, Puerta lo tuvo cara a cara en el primer heat de la jornada y lo venció sin atenuantes. Luego, en el repechaje, el hasta entonces monarca mundial se despidió sin más, mientras que el campeón colombiano ya esperaba por las semifinales recibiendo las instrucciones de Jhon Jaime González, su mentor hasta el día de la consagración.
En la semi se preocupó por clasificar siendo tercero y dejando en el aire la sensación de fortaleza dentro del maderamen. El brillo lo reservó para ese sprint descomunal de la gran final pasando por la parte exterior del velódromo.
Ni el japonés Kawabata ni el alemán Levy tuvieron respuesta para detener el envión del nuevo campeón del mundo. “Siempre había soñado con ser campeón del mundo, había estado en varias oportunidades cerca, pero hoy un fue un gran día”, dijo Puerta, podio en Cali 2014 y Hong Kong 2017.
“El nivel estaba muy fuerte, los corredores andan demasiado bien, pero hoy creo que fue mi día y pedaleé hasta la raya”, afirmó el colombiano emocionado ante la UCI por la victoria justo cuando en casa y bajo la custodia de su esposa Juliana Gaviria se encuentra su pequeño Maxi, su motivación, el talismán que llevaba en el corazón y en cada pedalazo.
“Como decimos en América: la tercera es la vencida. Estoy muy contento porque haya sido el día de hoy, hace poco nació mi hijo y siempre, desde el primer momento que me monté a la pista, pensaba en él. Este triunfo es para él”.
Foto: página oficial UCI