El Atlético de Madrid dio un gran paso hacia los cuartos de final tras imponerse por 3-0 al Lokomotiv de Moscú en el Estadio Metropolitano. Los goles de Saúl, Diego Costa y Koke, dan ventaja en la eliminatoria al cuadro madrileño.
Hubo que esperar 21 minutos para ver la primera ocasión del Atlético, con un remate de Koke que paró Guilherme. Pero eso solo fue el preludio al gran momento de la primera mitad. Un minuto después, los de Diego Simeone se adelantaron en el marcador con un zurdazo de Saúl Ñíguez desde la frontal, que batió a meta visitante. Tercer gol en cuatro partidos europeos para el ilicitano.
Ese tanto activó al elenco del Metropolitano. Delanteros y centrocampistas presionaban con mucha actitud y así casi se genera el segundo gol de la noche. Griezmann se pegó una carrera de 20 metros para robar el balón al portero Guilherme y, a puerta vacía, falló su remate, que pareció más un pase desde la línea de cal de la banda izquierda. La fortuna no acompañó.
Con la ventaja en el marcador y sin ser muy exigido, el Atlético bajó el pistón en el tramo final de la primera parte y cedió un poco en la presión. Los rusos no inquietaron. De hecho, durante los primeros 45 minutos Axel Werner no tuvo que hacer ninguna parada, por lo que el partido se fue al descanso con la renta mínima para los locales.
Mejor no pudo empezar la segunda parte para el Atlético, que dobló su ventaja en el marcador con un gol de Diego Costa en el 47’. El hispano-brasileño aprovechó un balón suelto tras una parada de Guilherme a un remate de Griezmann, que había recibido un gran balón por parte de Saúl.
Al final, el Atlético redondeó la goleada en el Metropolitano con un gol de Koke llegando desde segunda línea. Se puede decir que los locales hicieron un partido casi perfecto. No encajaron gol, casi no cedieron ocasiones, dominaron el partido y viajarán a Rusia con una buena ventaja en el marcador.
El control del partido, clave
Una vez más el equipo de Simeone ha demostrado que es capaz de controlar el partido a su antojo. Lo hizo frente al Copenhague y frente al Lokomotiv no tuvo ningún momento de agobio.