Si bien el concepto de isla puede hacernos pensar en playas de postales, para los 51 pequeños Estados insulares en desarrollo esta imagen es solo la fachada de una realidad compleja.
A menudo estos países están a merced de la economía de sus vecinos más grandes, así como de los mercados mundiales, y viven en primera línea los efectos del cambio climático. Muchos de estos Estados enfrentan una serie de desafíos para su desarrollo sostenible, y si bien puede parecer una contradicción, entre los primeros está el agua.
Aunque estén rodeados por mares y océanos, en muchas islas el agua para beber, la agricultura y la industria es un recurso precioso, y a menudo escaso. Con unos patrones climáticos cambiantes y una urbanización en aumento, la gestión sostenible del recurso hídrico es cada vez más una prioridad.
«La mayoría de los pequeños Estados insulares en desarrollo experimentan una creciente escasez de agua dulce como resultado de múltiples presiones antropogénicas y los impactos del cambio climático sobre sus vulnerables recursos de agua dulce», dice el informe de la ONU Asuntos Emergentes para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo de 2014.
«La escasez de agua tendrá un impacto de largo alcance en el desarrollo sostenible … e incluso podría poner en peligro la permanencia humana en algunas islas», indica.
En la pequeña nación isleña de Santo Tomé y Príncipe la gente está enfrentando este desafío.
Con una población de apenas 200.000 personas, Santo Tomé y Príncipe es la segunda nación más pequeña de África. Pero cuando se trata de la lucha por el acceso sostenible al agua, este país se está convirtiendo rápidamente en uno de los primeros bateadores.
Con el apoyo de ONU Medio Ambiente y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), el país ha promulgado recientemente su primera Ley de Aguas (enero de 2018), que guía el control y uso del agua con el objetivo de garantizar la sostenibilidad y el acceso para todos, y ha instituido un Plan Nacional de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos, que abre espacio para la participación de los usuarios.
Y aunque las reformas del agua provengan de la capital, en muchos sentidos esta historia comienza en un lugar mucho más pequeño: un río.
Neves es un pequeño pueblo en la costa noroeste de Santo Tomé. Aunque Neves es hogar de algunas de las pocas industrias de la isla -tiene una fábrica de cerveza, una planta de energía y un pequeño puerto-, la mayoría de la gente depende de la pesca, la agricultura y las industrias de procesamiento, y han hecho del río Provaz, que atraviesa la ciudad, el alma vital de la comunidad.
Neves y la cuenca circundante del río Provaz fue elegida sitio de demostración para el proyecto de gestión integrada de recursos hídricos y aguas residuales en el océano Atlántico y el océano Índico -llamado Water 4 Islands– para pequeños Estados insulares en desarrollo, respaldado por el GEF.
El equipo de Water 4 Islands investigó la hidrogeología y el uso del agua de la cuenca, y luego reunió a los usuarios de la sociedad civil y la industria para formar el Comité de Gestión de la Cuenca del Río Provaz, la primera iniciativa de este tipo en Santo Tomé y Príncipe.
El equipo del proyecto y el comité de la cuenca llevaron a cabo actividades de divulgación pública -desde conversaciones escolares hasta caminatas costeras- para crear conciencia en la comunidad sobre cuestiones relacionadas con el agua, pero fue una limpieza local del río lo que más atrajo al público.
Un pequeño grupo de mujeres de Neves, inspiradas por la limpieza, decidieron hacer de ésta una actividad regular. Pronto, equipos de mujeres comenzaron a limpiar los desechos sólidos del río hasta tres veces por semana. El Provaz había encontrado a sus nuevas campeonas.
«Ellas decidieron que no iban a esperar a que el gobierno protegiera la cuenca, sino que movilizarían a todas las mujeres de la zona y tomarían cartas en el asunto», relata Geraldine Deblon, oficial de comunicación de Water 4 Islands.
«Desarrollaron su propia filosofía, ‘Nuestros recursos, nuestros medios de vida’, y dijeron que, al igual que mantenían limpias sus casas, también podían mantener limpia a la comunidad limpia», explica Deblon.
A medida que crecieron los grupos de mujeres, también creció su perfil público, con una amplia gama de medios de comunicación, desde los periódicos hasta la televisión, destacando su enfoque de base para la protección del medio ambiente. Pronto el gobierno nacional se dio cuenta, y el propio presidente Manuel Pinto da Costa visitó Neves para reconocer la iniciativa de las mujeres.
«Sé que nuestro trabajo de limpieza en la cuenca del río beneficiará a toda la población de Neves y garantizará un futuro mejor para todos», dice María Lucilia, directora de los grupos de mujeres involucrados en las actividades de limpieza.
«Estamos orgullosas de que nuestro río esté limpio. Es por eso que estamos contactando a otras mujeres … para que se unan a nosotras y detengamos el hábito de tener a una persona lavando la ropa de un lado, a otro lavando los platos y a un tercero buscando agua potable junto a los otros dos. Estas no son prácticas seguras «.
A medida que el proyecto comenzó a expandir sus actividades y convocar a otros comités de cuencas en la isla, el Ministerio de Infraestructuras, Recursos Naturales y Medio Ambiente invitó a estas líderes de Neves a actuar como embajadoras, y apoyó su viaje a otras cuencas para compartir sus experiencias.
«Centrarse en el género y hacer participar a las mujeres ha sido un catalizador para todo el proceso», dice el coordinador regional de Water 4 Islands, Daniel Nzyuko.
«En Santo Tomé y Príncipe, las mujeres son las que buscan agua, usan el río para lavar, así que cuando vas a un río, en su mayoría hay mujeres. Elevar el rol de las mujeres y promover su empoderamiento en la toma de decisiones relacionadas con el agua ha sido clave para generar un impulso público que respalde los cambios locales en la forma en que se maneja el agua», añade.
En un contexto donde las voces femeninas a menudo son marginadas, las mujeres de Neves están rompiendo el molde, defendiendo activamente sus intereses y desempeñando un papel principal en el comité de la cuenca del río Provaz, donde tres de los 12 miembros son ahora mujeres.
También están hablando sobre temas como la contaminación y el saneamiento. Por ejemplo, respaldan la imposición de multas por el lavado de vehículos en el río y promueven el uso de los baños públicos patrocinados por el proyecto en un esfuerzo por reducir la propagación de enfermedades transmitidas por el agua.
«Construir baños públicos fue muy importante para nosotros, para evitar que la gente defeque en la playa y en el río. Los pescadores y las mujeres usan estos mismos lugares para pescar y buscar agua”, dice Maria Lucilia.
Con otros tres comités de cuencas hidrográficas que ahora operan en todo el país y dos más en desarrollo a medida que el proyecto Water 4 Islands llega a su fin, María y sus compañeras continúan siendo una inspiración, desde Neves hasta la capital.
«El mayor desafío es distribuir agua de buena calidad a la población», dice Carlos Vilanova, Ministro de Infraestructuras, Recursos Naturales y Medio Ambiente del país. «Para hacer esto, debemos gestionar el agua de la mejor manera posible. Este proyecto nos está ayudando enormemente a crear conciencia y cambiar la actitud y los comportamientos de la población para mantener limpio nuestro suministro de agua dulce «.
—–