La adopción de la primera Estrategia sobre plásticos ha permitido, a juicio de la Comisión Europea, sentar las bases para una nueva economía sostenible del plástico, constituyendo igualmente un elemento clave en la transición hacia una economía circular y baja en carbono, además de representar un avance en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y los propios del Acuerdo de París.
Una de las pretensiones es que, antes del año 2030, todos los envases plásticos del mercado de la UE sean reciclables o reutilizables, que se reduzca el consumo de plásticos de usar y tirar, y que se restrinja la utilización deliberada de microplásticos.
En este marco, transformar la forma en la que se diseñan, fabrican, utilizan y reciclan los productos plásticos permitirá a Europa liderar la solución al problema de los residuos generados por los mismos, al tiempo que propiciará la creación de empleo y nuevas oportunidades de negocio.
Los expertos no se cansan de repetirlo: “Si no se cambia la forma de producir y consumir, en 2050 habrá más plásticos que peces en nuestros océanos”.
Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea y responsable de desarrollo sostenible, abunda en este posicionamiento, manifestando al respecto que debe impedirse que los plásticos lleguen a las aguas y los alimentos.
Una de las pretensiones es que, antes del año 2030, todos los envases plásticos del mercado de la UE sean reciclables o reutilizables, que se reduzca el consumo de plásticos de usar y tirar, y que se restrinja la utilización deliberada de microplásticos.
La solución reside en minimizar los residuos plásticos a través de su reciclaje, una tarea que, en todo caso, debe abordarse de forma conjunta por los gobiernos, la industria y los ciudadanos.
Reciclaje, innovación y financiación
Rentabilizar el reciclaje de los plásticosconstituye otro de los objetivos de la Estrategia y, con tal fin, se articularán nuevas normas con las que mejorar la recuperación del plástico presente en los envases, permitiendo aumentar al mismo tiempo la demanda del reciclado.
En este sentido, se estima que la mejora de las instalaciones de recogida de plástico y el propio incremento del reciclaje supondrán un ahorro de alrededor de 100 euros por cada tonelada, al tiempo que se creará más valor añadido a fin de fortalecer el sector a través de una mayor competitividad.
Con la visión puesta en ese objetivo global de alcanzar una tasa de reciclaje del 50% de los residuos plásticos antes de 2040, seis organizaciones europeas (PRE, ECRA, PCEP Europe, Petcore Europe, EuPC y VinylPlus), en colaboración con la Comisión Europea, han adoptado un marco de compromisos voluntarios a fin de dar continuidad y ampliar las actividades de reciclaje del plástico existentes.
Asimismo, y con la pretensión de impulsar la utilización del plástico reciclado, la Comisión prevé lanzar una campaña de compromiso para la industria europea a fin de promover la utilización de 10 millones de toneladas de plásticos reciclado en la producción de nuevos productos en el mercado europeo de aquí a 2025.
Se reforzará igualmente el apoyo a la innovación, con 100 millones de euros adicionales procedentes del programa Horizonte 2020 de la UE, de cara a financiar el desarrollo de materiales plásticos más avanzados y reciclables, la creación de procesos de reciclaje más eficaces y el seguimiento y retirada de sustancias peligrosas y contaminantes de los plásticos reciclados.
En este escenario, la Comisión ha establecido la Plataforma de Apoyo a la Financiación de la Economía Circular, en colaboración con el Banco Europeo de Inversiones, con el objetivo de canalizar las inversiones y dar a conocer las oportunidades de financiación.
Basuras marinas
La estrategia contempla igualmente distintas medidas para hacer frente a la basura marina, toda vez que el 80% está conformada por plástico.
A través de cambios legislativos, ya se ha reducido la utilización de bolsas plásticas en Europa, y el foco de atención se centra ahora en otros plásticos de usar y tirar, así como en los aparejos de pesca y la restricción de la utilización de microplásticos en los productos, proponiendo normas para la definición y etiquetado de los plásticos compostables y biodegradables a fin de ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas.
Asimismo, y dado que, al menos el 20% de la basura marina procede de fuentes marítimas, se contemplan acciones para resolver el problema de los desechos marinos procedentes de instalaciones portuarias a fin de que la basura generada en los barcos o recogida en el mar sea gestionada correctamente en tierra
Fuente original: www.sogama.gal
ecoticias.com