Roma – El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, abogó hoy por unos sistemas alimentarios más saludables y sostenibles, y aseguró que la agroecología puede contribuir a esa transformación, en un llamamiento realizado durante su discurso de apertura del 2º Simposio Internacional sobre Agroecología que tiene lugar en Roma (del 3 al 5 de abril).
Graziano da Silva subrayó que la mayor parte de la producción alimentaria se basa en sistemas agrícolas con un elevado nivel de insumos y un uso intensivo de recursos con alto coste para el medio ambiente, y que por ello el suelo, los bosques, el agua, la calidad del aire y la biodiversidad continúan deteriorándose. La estrategia de aumentar la producción a cualquier precio no ha sido suficiente para erradicar el hambre “y asistimos a una epidemia global de obesidad”, advirtió.
“Necesitamos promover –añadió- un cambio transformador en la forma en que producimos y consumimos alimentos. Tenemos que proponer sistemas alimentarios sostenibles que ofrezcan alimentos saludables y nutritivos, y también preservar el medio ambiente. La agroecología puede ofrecer algunas aportaciones a este proceso”.
Al combinar conocimientos tradicionales y científicos, la agroecología aplica enfoques ecológicos y sociales a los sistemas agrícolas, centrándose en las provechosas interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente.
El Director General de la FAO instó a los responsables de las políticas nacionales a brindar un mayor apoyo a la agroecología. “Para avanzar, necesitamos el compromiso de más gobiernos y legisladores de todo el mundo”, dijo.
«Transformar nuestros sistemas alimentarios para que sean sostenibles significa realizar cambios tanto económicos, sociales como culturales”, afirmó Gilbert F.Houngbo, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). “Por eso los proyectos que apoyamos desde el FIDA tienen un enfoque holístico, apoyando la inversión con políticas, conocimiento y formación. La producción diversificada tiene que integrarse con las dietas diversificadas y ser aceptada por consumidores conscientes sobre la nutrición y el clima”.
Stéphane Le Foll, ex ministro francés de Agricultura, fue el orador invitado. Le Foll Urgió al diálogo y a la acción para crear una nueva “doble revolución verde” en la producción agrícola basada en la naturaleza, el conocimiento local y la ciencia. “Estamos en un momento decisivo en la historia de la humanidad y depende de nosotros tomar decisiones –decisiones muy importantes-, que serán esenciales para nuestro futuro colectivo”, afirmó.
Diálogo a nivel mundial
El simposio reúne durante tres días a 700 responsables de las políticas, profesionales de la agroecología y representantes gubernamentales, del mundo académico, de la sociedad civil, el sector privado y organismos de las Naciones Unidas para discutir los elementos y acciones clave para apoyar la ampliación de la agroecología. La reunión se centra en identificar necesidades, desafíos y oportunidades para promover políticas, prácticas e inversiones en agroecología.
El último día del evento, se prevé lanzar una iniciativa para ampliar la escala de la agroecología. Su objetivo es alentar procesos de transición agroecológicos más inclusivos y globales a través de herramientas, conocimientos y procesos normativos para la transformación de los sistemas alimentarios y agrícolas.
Una vía hacia el desarrollo sostenible
Un ejemplo de agroecología en acción es un ecosistema diseñado por campesinos chinos que utiliza hojas de moreras para alimentar a gusanos de seda cuyos desechos corporales se usan a su vez para los peces. El material orgánico contenido en el lodo del estanque de peces se reutiliza como fertilizante para las moreras, completando así un círculo productivo virtuoso. Durante siglos, este sistema ha sostenido además actividades suplementarias como la fabricación de seda.
La agroecología puede salvaguardar los recursos naturales y la biodiversidad, así como promover la adaptación y la mitigación del cambio climático. También puede mejorar la resiliencia de los agricultores familiares, en especial en los países en desarrollo donde hay una mayor concentración de situaciones de hambre.
Puede además contribuir a la producción y el consumo de alimentos saludables y nutritivos, y estimular las economías y los mercados locales. Estos beneficios múltiples hacen de la agroecología una vía importante para cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y abordar desafíos que están interconectados.
Conocimiento e innovación para impulsar el cambio
Invertir en conocimiento e innovación es clave para aprovechar el potencial de la agroecología. El simposio incluye una exposición que pone de relieve las innovaciones en agroecología de todo el mundo. Entre ellas, un equipo de científicos españoles exhibe CONECT-e, una plataforma en línea diseñada para que los agricultores y otras partes implicadas se registren y compartan su conocimiento ecológico tradicional.
Una exposición procedente de Ghana destaca a su vez un proyecto liderado por agricultores apoyado por ActionAid que promueve el acceso de las mujeres a los servicios de extensión agraria con un enfoque en la promoción de la agroecología. El proyecto ha logrado que las pequeñas campesinas aumenten su producción a través de la agroecología con una menor dependencia de insumos externos, como los herbicidas.
Lograr un mayor impulso
El primer Simposio de Agroecología se celebró en la FAO en 2014 y desde entonces se han realizado reuniones regionales en América Latina, África subsahariana, Europa, Asia Central y Asia y el Pacífico. En los últimos cuatro años, este esfuerzo mundial para debatir y resaltar la importancia y potencial de la agroecología ha contado con más de 1 400 participantes de 170 países