Como este año salimos de un temporal para entrar en otro, no es mal momento para recordar que los asfaltos hechos con betunes y goma de neumático tienen un excelente comportamiento en carreteras de alta montaña y lugares sometidos a temperaturas extremas. Así lo confirman todos los estudios realizados hasta la fecha ¿El último? El llevado a cabo en las obras de remodelación de la A-92 a su paso por el puerto de la Mora en la provincia de Granada.

GR-3103, Víznar, Granada
Fotógrafo: Luis Marín

El puerto de la Mora es uno de los puntos críticos de la autovía que cruza la comunidad autónoma andaluza de este a oeste. Con densidades de tráfico superiores a los 18.000 vehículos diarios (más de 2.500 camiones) se convierte en una de las zonas más peligrosas de la provincia de Granada cuando llega el invierno.

En este paso de montaña situado a 1.380 metros de altura cae tanta nieve que a veces es necesario cerrar la autovía. Por eso, el plan invernal de carreteras de la Junta de Andalucía tenía previsto abordar las obras de remodelación de este tramo desde hace tiempo, con el objetivo de mejorar la seguridad vial en uno de los grandes ejes de comunicación de la región. Las obras incluían la colocación de una nueva capa de asfalto que renovara el pavimento deteriorado por los altos niveles de tráfico y unas condiciones climáticas extremas: nevadas continuas en invierno y muchas horas de radiación solar y temperaturas elevadas durante el verano.

Para hacer frente a estos desafíos, se eligió una mezcla bituminosa fabricada con neumáticos fuera de uso que proporciona aspereza y buen rendimiento bajo la lluvia. Su principal cualidad es que no requiere de tanto mantenimiento. Los firmes hechos con polvo de caucho reciclado sufren un menor desgaste y tienen una degradación térmica muy inferior a los asfaltos convencionales. Además, en este caso se ha utilizado una tecnología que permite reducir la temperatura de fabricación de estas mezclas entre 30 y 35 grados, contribuyendo a una reducción en las emisiones de contaminantes y el consumo de combustibles asociados con la producción de estos materiales.

La obra de asfaltado de la A-92 forma parte del proyecto de investigación del Laboratorio de Ingeniería de la Construcción de la Universidad de Granada (LabIC) en colaboración con la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía para desarrollar nuevos materiales bituminosos de alto rendimiento y más sostenibles.

El proyecto es una de las intervenciones más importantes llevadas a cabo en Europa con mezclas asfálticas fabricadas a partir de neumáticos fuera de uso. Es, también, la primera vez que se utilizan cauchos de baja temperatura en la construcción de 13 kilómetros de una autopista en climas severos, en los que se han reciclado aproximadamente 160 toneladas de polvo de caucho; esto equivale a unas 32.000 llantas gastadas.

 

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