Incluso si el aumento de la temperatura global puede mantenerse por debajo de los 2°C, en las próximas décadas el cambio climático afectará negativamente a las especies de animales y plantas en todo el mundo. Si las cosas continúan como están, y el calentamiento global llega a 4,5°C, muchas más especies podrían morir.
Este es el principal hallazgo de una nueva investigación de WWF, el Centro Tyndall para el Cambio Climático de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, y la Universidad James Cook, de Australia.
El estudio, Vida silvestre y calentamiento global, analizó 35 «lugares prioritarios» para la conservación en todo el mundo y encontró que:
- Los extremos climáticos de hoy son la nueva normalidad del mañana. En el pasado, los años extremadamente cálidos y secos a menudo han llevado a disminuciones significativas en las poblaciones de las especies.
- Necesitaremos mayores esfuerzos de mitigación climática si queremos evitar la pérdida severa de biodiversidad. Si bien el Acuerdo de París tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura global promedio muy por debajo de 2°C (con un objetivo de 1,5°C), los actuales compromisos climáticos nacionales apenas lograrían frenar el aumento en 3,2°C. A medida que aumenta la temperatura, también lo hace la proporción de especies en riesgo. Con un calentamiento de 4,5°C, casi 50% de las especies que se encuentran actualmente en lugares prioritarios corren el riesgo de sufrir extinción local. Pero si el aumento de la temperatura se limita a 2° C, este riesgo se reduce a la mitad, lo que subraya la importancia de una acción urgente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Incluso un aumento de 2°C conducirá a pérdidas de biodiversidad generalizadas. En este escenario, casi 25% de las especies en lugares prioritarios están en riesgo de extinción local. Se prevé que las plantas serán particularmente afectadas, ya que con frecuencia son incapaces de adaptarse lo suficientemente rápido a un clima cambiante.
- La dispersión de poblaciones puede salvar vidas: algunas especies pueden sobrevivir si rastrean sus condiciones climáticas favorables y se dispersan hacia nuevas áreas. Sin la capacidad de movilizarse, la proporción de especies expuesta a extinciones locales, con un aumento de temperatura global de 2°C, aumenta de 20% a casi 25%. Bajo el peor escenario de no dispersión y con aumento de 4,5°C, esa cifra salta de 40% a 50%.
- Los esfuerzos de conservación son cruciales: son importantes para enfrentar las presiones existentes -como la pérdida de hábitat, la caza furtiva y las prácticas agrícolas insostenibles-, pero también pueden ayudar a las especies a adaptarse al cambio climático. Será necesario redoblar los esfuerzos locales para proteger y restablecer los corredores biológicos que respaldan la dispersión, y para conservar las áreas que permanecerán como hábitats adecuados, conocidas como «refugios», incluso a medida que aumentan las temperaturas.
“Lo más sustancial que pueden hacer los seres humanos es restringir al mínimo el aumento de la temperatura. Para conseguirlo, debemos hacer todo lo posible para reducir la presencia de gases de efecto invernadero en la atmósfera. En pocas palabras, debemos dejar de quemar combustibles fósiles”, indican los autores en las conclusiones del informe.
La biodiversidad es vital para la supervivencia humana. Las personas también se ven directamente afectadas por el cambio climático, y sus respuestas podrían aumentar la presión sobre la biodiversidad que ya está siendo debilitada por factores climáticos.
El rápido ritmo del cambio climático, combinado con una explosión poblacional en el siglo pasado, la pérdida de hábitats y la contaminación química y de otros tipos, está causando desequilibrios ecológicos y empujando a cada vez más especies al borde de la extinción, dice el experto en cambio climático y ecosistemas de ONU Medio Ambiente, Nickas Hagelberg.