A más de 4000 m.s.n.m está Nuñoa, una ciudad remota rodeada por montañas, y la puna árida sin árboles, un ecosistema andino. Debido a la pobreza del suelo, las cortas temporadas de crecimiento y las lluvias limitadas, la mayoría de las variedades de cultivos son imposibles de mantener en esta altitud, por eso, la población cría ganado.

Como resultado, Nuñoa es conocida como la capital mundial de la alpaca Suri, una raza de alpaca poco común, conocida por sus suaves y costosas fibras.

Llegando al centro del distrito, silencioso, hogar de la mayoría de sus 10 000 habitantes y situado a 5 horas del centro de Puno, grandes estatuas de alpacas se yerguen a lo largo del camino y coronan los arcos que te dan la bienvenida a la ciudad. Las estatuas representan a la alpaca Suri, variedad inusual, con un largo manto de suave lana que cuelga hasta el piso.

Nuñoa se enorgullece de ser el hogar de las Suri y el animal se ha convertido en el símbolo del pueblo. En parte por los esfuerzos de un proyecto único, apoyado por el Programa de Pequeñas Donaciones del GEF, implementado por PNUD.