Rafael Nadal sufrió en el Estadio Arthur Ashe frente a Karen Khachanov, al que tuvo que remontar por 5-7, 7-5, 7-6(7), 7-6(3), en 4 horas y 22 minutos.
El español, que había saltado su participación en el ATP World Tour Masters 1000 de Cincinnati, no había dado muestras de debilidad física en Nueva York hasta este viernes. Hasta que en el cambio entre el primer y segundo set pidió la asistencia del fisioterapeuta para proteger el tendón rotuliano de la pierna derecha como en otras ocasiones.
Pero más allá del estado físico del principal cabeza de serie en Flushing Meadows, Khachanov completó dos horas de tenis sublimes, en las que supo aprovechar sus oportunidades y manejar los momentos de presión hasta que Nadal dijo basta. Con corazón, actitud y golpes de magia dio la vuelta a un encuentro que su rival llegó a ver muy cerca.
El ruso tardó unos minutos en tomar la temperatura al partido. Tanto que el despiste estuvo cerca de costarle un break con 1-1 y 15-40 para el español. Sin embargo, Khachanov salvó las dos oportunidades de break en contra. Exactamente lo que no pudo hacer Nadal cuando el ruso se colocó con una situación similar con 2-1, 15-40 para adelantarse 3-1.
A pesar de que el moscovita se sentía cómodo con la ventaja y aparentemente parecía tener todo controlado, Nadal devolvió la diferencia para tomar de nuevo la delantera (5-4). Pero sería la última vez en el set. El No. 26 del Ranking ATP enlazó tres juegos consecutivos, con un rendimiento notable con su servicio (78% de éxito con primeros y 8 aces) para hacerse con la manga inicial (7-5).
Fue entonces cuando Nadal pidió la presencia del fisioterapeuta para cubrir su rodilla derecha. Sus movimientos parecían carecer de agilidad y los errores aparecían con frecuencia. Así, llegó otro break para el ruso que volvió a tomar la misma ventaja que en el set anterior (3-1).
El español elevó el nivel de agresividad y tenis. Arriesgó en un juego mágico con tres winners a las líneas que pusieron la igualdad (4-4). Pero Khachanov reaccionó para devolver el golpe y sacar para asestar el que podría haber sido un duro golpe al partido a su favor. Con 5-4, 30-15, a sólo dos puntos de cerrar el parcial, otra vez Nadal dio rienda suelta a la imaginación y trazó golpes imposibles para poner el 5-5.
Con 7-5, 5-5, una hora y 52 minutos el cielo descargó por fin su amenaza y la Arthur Ashe desplegó el techo para acabar jugando en condiciones indoors. En la reanudación, el número uno del mundo enlazó dos juegos seguidos, tras dos dobles faltas de Khachanov con 6-5, 40-15, para igualar el encuentro.
En el tercer set el moscovita volvió a proponer una situación límite a Nadal en el juego inicial, al situarse 0-40 al resto. Pero con tanto corazón como tenis, el español escapó del peligro. La diferencia era tan estrecha que con 4-4 en el tercer set, el reparto de puntos ganados en el partido estaba 105 para Nadal y 104 para Khachanov.
Sin concesiones de los servicios, el set se decidió en el tie-break. El español dispuso de cuatro puntos de set, que fue salvando uno a uno el ruso. Hasta que una doble falta dejó vía libre a Nadal, que no desaprovechó su quinta oportunidad para cerrar la tercera manga.
Para entonces el manacorense ya había tomado el control del partido. Tanto es así que en el tercer juego firmó su quinto break (5/13), pero cuando Nadal sacaba para cerrar el partido (5-4), aún tuvo respuesta para estirar el duelo con un quiebre en blanco (5-5). La épica estaba destinada a seguir supervisando el guion hasta el último suspiro. Y otro tie-break fue el juez final.
En cuarta ronda se medirá a Nikoloz Basilashvili, que logró su primera presencia en esta ronda en un Grand Slam. El georgiano, primer jugador de su país desde Wimbledon 2006 (Irakli Labadze) en llegar tan lejos en un torneo de esta categoría, derrotó al argentino Guido Pella por 6-3, 6-4, 1-6, 7-6(4).
En el único antecedente en el FedEx ATP Head2Head, también en un Grand Slam, el georgiano únicamente pudo arrebatarle un juego en Roland Garros 2017. En aquella ocasión, Nadal se impuso por 6-0, 6-1, 6-0. Lejos de la tierra batida y en el mejor momento de Basilashvili, esta vez la historia probablemente será diferente.
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