Carlos García.- Portugal.- EFEverde.- La Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH) completará en 2020 una Red de Reservas Naturales del Oeste Ibérico hispanoluso de 40.000 hectáreas con varias áreas transfronterizas: Azaba-Malcata, Faia Brava y Sierra de Gata, Monfragüe y Canchos de Ramiro-Tejo Internacional.

El objetivo, según avanzó a EFEverde Carlos Sánchez, presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre, entidad que opera en España y Portugal, es continuar el trabajo desarrollado en los últimos 15 años para compaginar la actividad del hombre y la preservación de especies amenazadas en el hábitat de la dehesa.

Para que la actividad agraria, ganadera y la caza sean compatibles con la preservación de animales amenazados como la cigüeña negra o el lince ibérico, la Fundación Naturaleza y Hombre ha puesto en marcha una serie de estrategias que, tras más de una década, han logrado rejuvenecer la dehesa y minimizar los problemas ambientales.

“Un claro ejemplo ha sido la expansión del buitre negro por todo el Oeste Ibérico“, apuntó Sánchez, que explicó que el animal ha anidado en docenas de plataformas instaladas en la Raya hispanolusa de Extremadura, Castilla y León y la Región Centro portuguesa.

El trabajo de 15 años

Vista de ciervos en la Reserva Biológica “Campanarios de Azaba”, que abarca territorios de España y Portugal. EFE/Carlos García

En los últimos quince años, tanto en áreas privadas como en zonas adquiridas por la fundación, la Fundación ha invertido algo más de 8 millones para la preservación del Oeste Ibérico.
Una de las claves fue la puesta en marcha del proyecto “Custodia del Territorio” a través del que la FNYH ha alcanzado acuerdos con propietarios de dehesas españolas y portuguesas para desarrollar acciones de concienciación.

Tres reservas biológicas

La gran cantidad de acuerdos han posibilitado que hasta la fecha ya se haya intervenido en 20.000 hectáreas del Oeste Ibérico y se hayan creado tres reservas biológicas junto a la frontera: Campanarios de Azaba (600 hectáreas), Riscos del Águeda (400 hectáreas) y una en la Sierra de Gata (800 hectáreas).

Carlos Sánchez, presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre. EFE/Carlos García

 

 

 

 

 

 

 

El labor desarrollada por la FNHY ha sido reconocida con el premio sobre conservación de la biodiversidad de Fundación BBVA, dotado con 250.000 euros, que fue concedido el pasado día 2 y que “que reconoce nuestra trayectoria de 15 años”, dijo Sánchez.

Nuevos desafíos

Ahora, el desafío de la Fundación Naturaleza y Hombre para avanzar en la puesta en valor del Oeste Ibérico será conectar todos los territorios hispanolusos en los que se ha actuado “para fomentar la conexión ecológica y la gestión sostenible”.
La limpieza del bosque de dehesa con el fin de eliminar el matorral mediante la incorporación de herbívoros forma parte de algunas de las medidas a medio plazo para la prevención de incendios forestales.
Las actuaciones que han mejorado el hábitat de la flora y la fauna más amenazada de la dehesa han permitido recuperar numerosas lagunas del Oeste Ibérico y, en consecuencia, mejorar “la calidad de vida de su flora y de los anfibios de las charcas”.

Un ave anillada por la Fundación NYH. EFE/ Carlos García

Es el caso del galápago europeo, que estaba en claro retroceso en el Oeste Ibérico y que “hemos logrado recuperar”, agregó.
Los ejemplares recién nacidos de galápago europeo eran presa de los animales que recorren la dehesa, sobre todo de los cerdos ibéricos, motivo por el que la población de estas especies no lograba rejuvenecerse, explicó Sánchez.
A día de hoy, la Reserva Biológica de Campanarios de Azaba, en la zona limítrofe de Salamanca con Portugal, se ha convertido en un centro de recepción de visitantes que acuden para conocer cómo se ha creado este entorno de dehesa bajo el sello de “cero emisiones”, ya que toda la energía que usan proviene de paneles fotovoltaicos. EFEverde