Prevenir mejor que lamentar
Si bien no todas las amenazas naturales generan consecuencias devastadoras, una combinación de factores naturales, culturales, sociales y políticos contribuyen a que se originen desastres. Durante los últimos 20 años, más de 1,35 millones de personas han perdido la vida como resultado de la vulnerabilidad y la exposición a amenazas naturales, en especial mujeres y niñas. Además, más de 4000 millones de personas han tenido que desplazarse y se han quedado sin hogar, o han resultado heridas, lesionadas, o han tenido que recurrir a algún tipo de ayuda de emergencia. La mayoría de muertes a causa de desastres naturales se deben a eventos meteorológicos en especial, inundaciones, tormentas y olas de calor, y han duplicando sus cifras durante los últimos 40 años. Otra parte importante se da por eventos geofísicos extremos, en especial terremotos, pero también tsunamis y erupciones volcánicas.
Los desastres naturales son inevitables, pero los daños que estos causan pueden minimizarse; en cambio, la vulnerabilidad social, económica y ambiental pueden exacerbarlos. En cualquier caso, nadie está a a salvo de ser víctima de una catástrofe natural. Por lo tanto, la reducción del riesgo de desastres concierne a todo el mundo, desde los campesinos hasta los jefes de estado, desde los banqueros hasta los abogados, desde los meteorólogos hasta los jefes de medios de comunicación.
Por ese motivo, el Día Internacional para la Reducción de Desastres se estableció con el propósito de concienciar a los gobiernos y a las personas para que tomen medidas encaminadas a minimizar estos riesgos, como su prevención y mitigación, e incluyan actividades de preparación.
Reducir las pérdidas económicas en los desastres
La campaña de 2018 que lleva a cabo la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) forma parte de la campaña de Sendai 7, que se centra en las siete metas mundiales de Marco de Sendai . Dicho marco se aplicará al riesgo de desastres de pequeña y gran escala, frecuentes y poco frecuentes, súbitos y de evolución lenta, naturales o causados por el hombre, así como a las amenazas y los riesgos ambientales, tecnológicos y biológicos conexos. Tiene por objeto orientar la gestión del riesgo de desastres en relación con amenazas múltiples en el desarrollo a todos los niveles, así como en todos los sectores y entre un sector y otro.
Este año se centra en la meta mundial C del Marco: Reducir las pérdidas económicas causadas directamente por los desastres en relación con el producto interno bruto (PIB) mundial para 2030. Asimismo, busca transmitir el mensaje de que los desastres tienen un costo humano y la reducción de las pérdidas económicas que estos ocasionan puede transformar vidas. En 2016 UNISDR lanzó la campaña Sendai 7, que se centraba en las siete metas del Marco Sendai, la primera de las cuales es reducir la mortalidad mundial causada por desastres. La campaña quería concienciar sobre las medidas para reducir la mortalidad en el mundo. El pasado año se centró en la prevención, protección y en la reducción del número de personas afectadas por los desastres.
La campaña Sendai 7 es una buena oportunidad para todos, gobiernos centrales, autoridades locales, grupos comunitarios, organizaciones de la sociedad civil, sector privado, organizaciones internacionales y el sistema de las Naciones Unidas, para promover las mejores prácticas posibles en todos los sectores, en los planos local, nacional, regional y mundial, a la hora de reducir el riesgo de desastres y las pérdidas por desastres.
Puedes seguir la campaña en las redes con las etiquetas #DIRD2018 y #ResilienciaParaTodos.