El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se permite informar a la opinión pública lo siguiente relacionado con el levantamiento de veda parcial de Caimán Aguja (Crocodylus Acutus):


1. Las imágenes que aparecen en las redes sociales no corresponden a la realidad de este programa de conservación a través del uso sostenible de las especies silvestres, que tiene sus bases en la Convención de Biodiversidad, CITES y la política ambiental y de biodiversidad nacional construida hace más de 4 décadas.

2. Uno de los mecanismos aprobados por los tratados internacionales para conservar las especies amenazadas, es el establecimiento de medios de subsistencia y de participación de las comunidades locales rurales, a través del aprovechamiento sostenible de las especies que habitan el mismo territorio, con el desarrollo de proyectos que buscan el repoblamiento de las especies silvestres mientras se aprovechan de manera sostenible, similar a los cultivos de peces.

3. Uno de estos tratados internacionales es la Convención CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre), acuerdo internacional firmado por 183 países, que tiene como finalidad velar porque el comercio internacional de especies de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia.

4. La Convención CITES aprobó en el año 2016 el comercio para el Caimán Aguja (Crocodylus Acutus) de la Bahía de Cispatá, derivado de un modelo de “rancheo” donde una parte del ciclo de vida de la especie se desarrolla en el medio natural y otra en condiciones controladas. Para este propósito, las comunidades de esta región se organizan y aprovechan sosteniblemente la especie, mientras garantizan su conservación.

5. Como resultado de la decisión tomada por la Convención CITES, durante los años 2017 y 2018, las comunidades asociadas en Asocaimán implementaron las medidas del “rancheo” con el acompañamiento de las autoridades científicas, Instituto Alexander Von Humboldt y Universidad Nacional.

6. Estas comunidades que durante la década de los 70s cazaron la especie, hoy y gracias a su estrategia de conservación, legalidad y emprendimiento comunitario y al control permanente de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el soporte científico del Instituto Von Humboldt, se convierten en los custodios y protectores del Caimán Aguja, en un ejercicio que se viene desarrollando desde hace más de 15 años.

7. Gracias a esta estrategia de conservación comunitaria, la Bahía de Cispatá pasó de tener 500 animales en el año 2002 a más de 2000 animales en el 2017; es decir, un aumento del 250%.

8. La resolución expedida por parte de esta cartera Ministerial permite que las comunidades locales de la Bahía de Cispatá recolecten algunos huevos de la especie Caimán Aguja para criarlos y liberar una parte de los juveniles, y destinar otra para el uso sostenible de la especie. Esta recolección únicamente se podrá realizar una vez la Corporación Autónoma Regional apruebe el Plan de Manejo Ambiental.