Europa ha registrado de lejos el invierno más cálido de la historia, con una temperatura en el último trimestre de diciembre a febrero 3,4 grados superior al promedio del período 1981-2010, según datos facilitados este jueves por el Servicio de Cambio Climático de la red europeaCopernicus (C3S).
En el hemisferio norte, el invierno astronómico concluye habitualmente el 20 de marzo; sin embargo, el meteorológico incluye diciembre, enero y febrero, un trimestre cuya temperatura en 2019-2020 fue casi 1,4 grados mayor que en la anterior temporada invernal más cálida, la de 2015 a 2016.
El clima se mantuvo cálido este invierno de forma continuada especialmente en el norte y el este, después de que los pronósticos en noviembre desvelaran ya sólidos indicios de que este invierno sería caluroso en Europa, según los datos de C3S.
En cuanto al mes de febrero, fue el segundo más cálido desde que se elaboran registros, tanto a escala mundial como en Europa, con temperaturas en torno a 0,1 grados inferiores a las de febrero de 2016, el más caluroso de la historia.
En Europa, febrero fue 3,9 grados más cálido que la media de este mes para el periodo 1981-2010, mientras que la diferencia fue de 0,8 grados a escala mundial.
Las temperaturas se situaron especialmente por encima de la media en una amplia región del mundo, que abarca gran parte de Europa, Siberia y Asia central, así como en la Antártida occidental.
Por el contrario, la zona donde las temperaturas se situaron por debajo de la media en mayor medida fue Alaska septentrional.
Este invierno es “un acontecimiento realmente extremo en sí mismo” y es probable que “la tendencia de calentamiento mundial haya agravado aún más el carácter extremo de este tipo de eventos“, explicaCarlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
Registrar un invierno tan cálido es desconcertante, pero no constituye una tendencia climática como tal. Las temperaturas estacionales, especialmente fuera de los trópicos, experimentan una variación interanual considerable. Parte de nuestra labor consiste en comparar datos sobre el clima que se remontan a la era preindustrial para determinar tendencias climáticas a largo plazo.
Gracias a los datos del C3S, las personas, las instituciones y las autoridades legisladoras pueden tomar decisiones fundamentadas basadas en la evolución de las temperaturas climáticas». EFEVerde