Según el Ideam, quien se ha encargado de monitorear los glaciares colombianos, la Sierra Nevada de Santa Marta ha perdido el 90 por ciento de su superficie nevada, esto entre 1850 y el año 2010, como consecuencia, entre otras cosas, del calentamiento global.
En ese año del siglo XIX, la nieve distribuida en tres grupos o zonas glaciares diferentes, cubría 82 kilómetros cuadrados. Ya en 1954 se había perdido el 76 por ciento de su extensión nevada y los glaciares se habían fragmentado en casi 50 partes. En este momento, el hielo no pasa de 7,5 kilómetros cuadrados. Como otros glaciares ubicados en la Sierra Nevada del Cocuy, o como le ocurre al nevado del Ruiz, del Tolima o del Huila, todos pierden entre el 3 y el 5 por ciento de su área glaciar por año, en promedio. Los pronósticos indican que la nieve estará acabada y sólo será un recuerdo antes del 2030.
Para el caso de la Sierra, con parte del derretimiento gradual y sostenible de la nieve se han formado, históricamente, dos ríos: el Aracataca y el río Guatapurí, el primero abastece al acueducto de esta población y el segundo a Valledupar, capital del Cesar. El impacto entonces de la desaparición de las nieve sobre estos caudales es imprevisible, es un recurso finito y una situación a la que se le deberá buscar una salida. El Ideam sugiere hacer estudios hidroglaciológicos en esas cuencas, para medir con certeza el impacto del derretimiento.
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