La escasez de agua, exacerbada por el cambio climático, podría conllevar la reducción de hasta el 6 % del producto interno bruto (PIB) en algunas regiones, provocar migraciones y generar conflictos, según un nuevo informe del Banco Mundial *.
En High and Dry: Climate Change, Water and the Economy (Situación crítica: El cambio climático, el agua y la economía), se afirma que, debido a los efectos combinados del crecimiento de las poblaciones, el aumento de los ingresos y la expansión de las ciudades, la demanda de agua registrará un crecimiento exponencial, en un contexto en el que el suministro se torna más errático e incierto.
A menos que se adopten medidas en el corto plazo —se señala en el informe—, el agua comenzará a escasear en regiones donde hoy es abundante, como África central y Asia oriental, y la escasez se intensificará considerablemente en regiones donde el agua ya es un recurso escaso, como Oriente Medio y el Sahel en África. Para 2050, las tasas de crecimiento de esas regiones podrían registrar una disminución de hasta el 6 %, debido a los efectos de la escasez de agua en la agricultura, la salud y los ingresos.
En el informe también se advierte que la menor disponibilidad de agua dulce y la competencia que generan otros usos —como la energía y la agricultura— podrían llevar a que para 2050 la disponibilidad del agua en las ciudades se reduzca en casi dos tercios respecto de los niveles de 2015.
Se agrega que la inseguridad hídrica podría multiplicar el riesgo de conflictos. Las subas abruptas del precio de los alimentos provocadas por las sequías podrían avivar conflictos latentes y provocar migraciones. Cuando el crecimiento económico se ve afectado por las lluvias —se afirma—, los episodios de sequías e inundaciones generan olas de migraciones y brotes de violencia dentro de los países.
“La escasez de agua constituye una amenaza importante al crecimiento económico y la estabilidad en el mundo, y el cambio climático está agravando el problema”, declaró el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim. “Nuestro análisis muestra que, si los países no adoptan medidas para mejorar la gestión de los recursos hídricos, algunas regiones densamente pobladas podrían verse afectadas por largos períodos de crecimiento económico negativo. Pero los países pueden adoptar ahora políticas que los ayudarán a gestionar el agua en forma sostenible durante los próximos años”
En el informe se señala que los impactos negativos del cambio climático en el agua podrían neutralizarse con decisiones políticas más acertadas y que en algunas regiones las tasas de crecimiento podrían aumentar hasta un 6 % si se mejorara la gestión de los recursos hídricos.
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