Cuando ha tocado jugar ante Rafael Nadal, las cosas no siempre han sido fáciles para Roger Federer. Aunque su encuentro No. 38 terminó con victoria para el suizo por 6-4 y 6-3, el quinto triunfo consecutivo, Federer sigue 15-23 en el FedEx ATP Head2Head entre ambos. En la libreta de Nadal, la táctica siempre fue simple pero históricamente efectiva: usar su drive con mucho topspin y buscar el revés alto de Federer, más débil en el intercambio entre ambos golpes, atacando a pista abierta a la mínima oportunidad.

Pero en 2017, el suizo ha conseguido cambiar el guión.

“Creo que probablemente estoy sacando mejor y de manera más consistente. Logro más potencia desde que me cambié a una raqueta más grande, la RF97. Siento que conecto mejor con el revés y que estoy sacando mejor”, dijo Federer, que en uno de los juegos de la final necesitó 52 segundos y cuatro saques directos.

“Antes tenía que usar el cortado mucho más porque la raqueta que tenía entonces iba muy bien para el cortado, para subir, pero me encontraba que muchos golpes terminaban en caña”, añadió.

 

 

Un revés agresivo ha sido uno de los golpes más característicos del renacimiento del jugador de 36 años, que le ha permitido tener una dimensión más en su juego agresivo y al ataque. Aunque su revés a una mano no siempre ha sido un arma, 11 de los 28 golpes ganadores de la final de Shanghái vinieron con ese golpe.

“Antes me costaba mucho atacar con el revés de manera consistente pero a día de hoy parece que ya no es un problema”.

En la que es una de las rivalidades más históricas del tenis, Nadal ha salido más veces como ganador, particularmente en pistas de tierra batida, donde tiene un 13-2 ante la leyenda suiza. Algo que Federer confiesa dejó cicatrices en temporadas anteriores.

“Creo que ya no me marca tanto como antes, no es algo que me marcase de manera horrible, pero he perdido muchas veces con él, especialmente en tierra batida. Sigo creyendo que perdí la final de Wimbledon en 2008 por la paliza que me dio en Roland Garros ese mismo año. Me afectó en los dos primeros sets de esa final de Wimbledon”.

“Estoy jugando bien contra él. Evitarle en tierra, no jugar en tierra, claramente ha ayudado”, añadió Federer. “Ahora soy capaz de aguantar en pista dura y en pistas rápidas contra él y he podido jugar muy bien cuando nos hemos enfrentado”.

Pese a recortar puntos en la carrera al No. 1 de final de año y reducir distancia en el cara a cara, Federer insiste en que no son objetivos. Especialmente con el último.

“No va a pasar”, se refirió Federer a la posibilidad de igualar o dar la vuelta al cara a cara. “No tenemos suficientes años por delante y además estamos muy arriba en el ranking los dos, por lo que casi siempre nos encontraríamos en finales. Parece que esto va a quedar así por varios meses. Siendo honesto, no puedo ganar todos los partidos ante Rafa. Es demasiado bueno”.

“Ahora mismo estoy contento por mi buena racha. ¿Cara a cara? Claro, me gustaría que fuera diferente, pero tiene infinito respeto hacia Rafa. Ha sido un cara a cara complicado para mí, he tratado de dar lo mejor. Jugué mucho contra él sobre tierra batida al principio de mi carrera. Sin problema. Lo intenté. Estuve cerca en varias ocasiones pero él es mejor en tierra. Traté de ganar los otros, los máximos que pude. Y este año ha sido genial así que estoy contento”.