Una demostración de autoridad a ojos de Melbourne. Rafael Nadal debutó en el Abierto de Australia a toda velocidad, superando al dominicano Víctor Estrella Burgos por 6-1, 6-1, 6-1 en una hora y 37 minutos. El español, campeón en 2009, superó con amplio margen su puesta de largo en el primer Grand Slam de la temporada y subrayó con fuerza su estatus de primer cabeza de serie en el torneo.
Pese a la solvencia para tocar la victoria la exigencia fue clara en menos del número 1 mundial. El debut fue una prueba de ritmo para el mallorquín, presente Melbourne sin partidos oficiales en las piernas por primera vez en su carrera. Ante el examen, una reválida sin margen de error, Nadal demostró su innata capacidad para ponerse a competir desde el primer punto.
«En un primer partido que siempre hay algo más de nervios después de tiempo sin competir», reconoció Nadal, fuera de competición desde que midiera a David Goffin en la fase de grupos de las Nitto ATP Finals el pasado 14 de noviembre. «Creo que ha sido muy buen comienzo. El resultado así lo dice y las sensaciones no han sido malas. Se ha hecho lo que se tenía que hacer, que era pasar. Ahora lo más importante es lograr victorias. Estoy feliz por ello.