Buscará su Grand Slam No. 21 y ser el hombre con más títulos de esta categoría

Una victoria, muchas razones para festejar. En su partido No. 90 en el Abierto de Australia, Rafael Nadal consiguió su triunfo No. 75 en este torneo y el No. 500 de su carrera en pistas rápidas. Todo gracias a su increíble actuación de este viernes ante Matteo Berrettini, que le permitirá disputar la final en Melbourne Park.

El español se impuso por 6-3, 6-2, 6-3 en dos horas y 55 minutos, que lo convierte en el cuarto jugador más veterano de la Era Abierta en clasificarse a una final en el primer Grand Slam del curso (tras Ken Rosewall, Roger Federer y Mal Anderson), y en el quinto hombre de 35 años o más en llegar a esta ronda de Grand Slam desde 1968 (también Andre Agassi).

“Empecé el partido jugando muy bien», explicó el español sobre la pista. «Los dos primeros sets han sido de los mejores que he hecho en mucho tiempo. Sé lo peligroso que es Matteo, un jugador sólido y realmente bueno. En el tercer set sabía que buscaría por sus goles. No jugué un buen juego con el 4-3 pero él logró tiros increíbles y un passing shot magnífico”.

“Desde entonces, era consciente que iba a necesitar sufrir y luchar. Es lo que hice en el cuarto set. Esa es la única manera de estar donde estoy en este momento. Para mí, significa mucho estar de nuevo en la final aquí”.

Nadal se abrió paso hasta la sexta final de su carrera en el Abierto de Australia (2009, 2012, 2014, 2017, 2019 y 2022), aunque sólo en la primera de ellas pudo levantar el título. Y es su 29 final de Grand Slam en total. De esta forma, podrá pelear este domingo por convertirse en el hombre con más títulos de Grand Slam y romper el empate a 20 que mantiene con Novak Djokovic y Federer.

“Para mí, solo se trata del Abierto de Australia. Es un magnifico evento. Hace un par de días tuve algo de mala suerte y en estos años he tenido mis opciones. Jugué finales con oportunidades, como la de 2012 ante Djokovic o la de 2017 ante Federer). Estuve cerca esas dos veces, pero nunca pensé en una nueva oportunidad en 2022. Voy a intentar tener otra opción”.

El manacorí se reencontró con Berrettini, un rival al que sólo se había medido una vez antes. También fue en semifinales de un Grand Slam, aunque en el US Open y el resultado fue el mismo que entonces: una victoria para el español. Esta vez, la construyó a golpe de 28 ganadores, 4 puntos de break convertidos en ocho ocasiones y un 73% de puntos ganados con el primer servicio. Una actuación soberbia bajo el techo de la Rod Laver Arena, protegido de las lluvias que azotaron Melbourne este viernes.

“Todos sabéis que prefiero competir al aire libre. Pero debo decir que el estadio luce magnifico así cerrado, con una grada que hace todavía más ruido. He disfrutado mucho el ambiente. Aunque antes del partido sabías que el techo estaría cerrado, hace un mes y medio no sabía si volvería a jugar al tenis. No me importaba el techo hoy”.

Ambos llegaban a la semifinal después de un largo partido en el que tuvieron que contener el intento de remontada de su rival. Si bien Nadal necesitó cuatro horas y 8 minutos para ganar en el quinto a Denis Shapovalov, el italiano hizo lo mismo en tres horas y 49 minutos frente a Gael Monfils.

El No. 5 del Ranking ATP derribó a un rival de categoría Top 10 por primera vez desde que en 2017 encadenó dos victorias frente al No. 6 Gael Monfils en cuarta ronda y el No. 3 Milos Raonic en cuartos de final. Por lo que en esta edición elevó su récord ante rivales de este nivel en el Abierto de Australia a 8-11, una cifra que contrasta con 41-11 que acumula en los otros tres Grand Slam restantes.

Eso sí, en Melbourne continuó una dinámica de éxito en rondas finales en este tipo de torneos. No sólo sumó la sexta victoria en su séptima semifinal en el Abierto de Australia, sino que lo hizo en la 29 de 36 en Grand Slam. Y es que Nadal es el jugador que menos finales ha necesitado para levantar más títulos, con un porcentaje de éxito de 71%.

Nadal se despidió de la Rod Laver Arena vertiendo grandes palabras de elogio hacia su adversario. “Ha alcanzado la final de Wimbledon, ahora ha pisado aquí las semifinales. Es joven y cada año juega mejor, es muy carismático y un gran tipo», valoró. «Le deseo lo mejor, porque tiene un gran futuro por delante”.

La última cita será frente a Daniil Medvedev que supero a Stefanos Tsitsipas, con parciales de 7-6, 4-6, 6-4 y 6-1.

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