“Es una locura poder ganar el Dauphiné después de todo lo que pasó, la caída y todo lo que pasó en el medio. Es increíble. Sí, escuchaba todas las lagunas todo el tiempo. Me alegré de que los demás no fueran más rápido. Simplemente estaba cansado. Estuvo cerca pero finalmente estoy satisfecho por el equipo. Definitivamente es algo que necesitábamos con el equipo, trabajar el posicionamiento, la comunicación, muchas cosas. No he estado con estos tipos durante cinco años. Así que poder ganar el Dauphine es una locura después de la caída y de todas las cosas que pasaron que no quieres y muchas montañas. Ahora el Dauphiné es una cosa y el Tour es otra. Primero quiero ser feliz porque no se gana una carrera como ésta todos los días”.

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